setembre 2020 / ACTUALITAT

La máscara eco-sostenible de las empresas

Carla Herrero

Tal vez, cuando pensamos en empresas, en industrias nos vienen a la cabeza imágenes de fábricas con chimeneas, como las que veíamos en los libros de historia en el capítulo “La Revolución Industrial”. Por suerte, las empresas dejaron atrás este tipo de prácticas de producción más contaminantes para centrarse en otras.

Seguro que has escuchado hablar del desarrollo o economía sostenible, pero ¿qué es exactamente eso que suena tan cool?

El desarrollo sostenible busca encontrar el equilibrio entre desarrollo económico y el cuidado del planeta, no solo a nivel medioambiental sino también social. De esta manera, la economía sostenible permite el crecimiento económico sin causar graves daños a la sociedad (personas y naturaleza).

Ahora que ya entendemos un poco más qué es, la siguiente pregunta que nos debería venir a la cabeza es el “¿cómo?”.

Algunas de las propuestas que encontramos para ser una empresa “sostenible” es controlar el consumo energético, reciclar, colaborar con acciones sociales, etc.

El Índice de Sostenibilidad Dow Jones (DJSI) clasifica las principales empresas sostenibles a nivel mundial. Entre ellas se encuentran Nestlé y Coca-Cola. A su vez, GreenPeace International señala que estas dos empresas, junto con PepsiCo y Danone son las que más plástico de un solo uso producen. La ONG, señala que el problema es que estas corporaciones se limitan a reciclar sin dejar la producción (¡incluso aumentándola!) y comercialización del plástico, cosa que solo perpetua el problema. 

Por tanto, no debemos olvidar que las empresas buscan maximizar sus beneficios y que no dudarán en incluir en su estrategia de marketing su “máscara eco-sostenible” para así incrementar su reputación y su demanda, pues se han dado cuenta de que ser sostenible, vende.

[…] no dudaran en incluir en su estrategia de marketing su “máscara eco-sostenible”

Es por lo que, no solo las empresas deben ser ecofriendly, sino también el consumidor ser consciente de sus hábitos de consumo. Algunas de las propuestas que existen son buscar productos que eliminen el uso del plástico y no solo que reciclen, o abstenerse de comprar productos que emitan CO₂ y no solo que lo reduzcan.

Ninguna regulación motivará más a una empresa al cambio que la sanción implícita de los consumidores.

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